14 de junio de 2012

“RUEGA A DIOS SIN TEMOR: NO LE VAS A PEDIR NADA QUE NO ESTÉ A SU ALCANCE” Séneca (Cartas morales a Lucilio; carta 10)


Estas hermosas palabras no solo encierran belleza, sino también una lección muy importante que va revelar cuál y cómo es la relación con aquel a quien tú llamas Dios
¿Tú qué le pides a tu Dios? Cuantas veces has oído decir: “si tan sólo Dios me diera esto…”
¡Qué lástima! Por tanto tiempo casi la entera humanidad ha gastado su vida, viviendo como huérfanos sin saber que tenían por Padre al creador del cielo y de la tierra, que nunca nos deja y todo lo puede.
En  cierta ocasión  oí a alguien decir: “Muéstrame la grandeza de tus sueños y te mostraré la Grandeza de tu Dios”. ¿Son grandes tus sueños?, ¿cuán grandes son tus esperanzas?, permíteme contarte los míos:
Yo albergo la esperanza que describe la Biblia, ¡SE ACERCA UN MUNDO NUEVO!
Te lo enseñaré:
La maldad, la guerra, el delito y la violencia ya no existirán. “El  malvado ya no será. Pero los mansos mismos poseerán la tierra.” (Salmo 37:10, 11.)
Habrá paz, pues Dios hará “cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra” (Salmo 46:9; Isaías 2:4). Cuando llegue ese momento, “el justo brotará” y habrá “abundancia de paz hasta que la luna ya no sea”, es decir, para siempre (Salmo 72:7).
Ya no escasearán los alimentos. “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia” (Salmo 72:16) y “la tierra misma ciertamente dará su producto” (Salmo 67:6).
Toda la Tierra se transformará en un paraíso. Hermosos hogares y jardines ocuparán los terrenos que la maldad del hombre ha echado a perder (Isaías 65:21-24; Revelación 11:18). Dios estará “abriendo [su] mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente” (Salmo 145:16). Jesús se refirió al venidero Paraíso terrestre cuando hizo esta promesa al malhechor que murió a su lado: “Estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23:43)
Habrá paz entre el hombre y los animales. Los animales salvajes y domésticos comerán juntos. Ni siquiera un niño pequeño tendrá nada que temer de animales que ahora son peligrosos (Isaías 11:6-9; 65:25).
Desaparecerán las enfermedades. “Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’.” (Isaías 33:24; 35:5, 6.)Pues Jesús efectuará curaciones a una escala mucho más grandiosa que cuando estuvo en la Tierra (Mateo 9:35; Marcos 1:40-42; Juan 5:5-9)
Los seres queridos que han muerto volverán a la vida y tendrán la oportunidad de no morir nunca. Resucitarán todos los que duermen en la muerte y están en la memoria de Dios. Efectivamente, “va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15; Juan 5:28, 29).
¿Te parece demasiado bonito par ser verdad? Yo confío en estas palabras inspiradas: “no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye.  Además, si sabemos que nos oye respecto a cualquier cosa que estemos pidiendo, sabemos que hemos de tener las cosas pedidas porque se las hemos pedido a él.” (1Jun.5:14,15)
Estos son mis sueños y esta es la grandeza de mi Dios que los llevará acabo, pues lo ha jurado por su Nombre. ¿Quién da más?
Así que, como hemos visto, ruega a Dios sin temor: no le vas a pedir nada que no esté a su alcance








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